El 14 de julio marca una clara derrota del gobierno de Piñera respecto de las movilizaciones por la Educación pública, laica, gratuita y estatal en todos sus niveles.
La campaña de terror no surtió los efectos deseados por los apologistas de la educación de mercado atrincherados en la moneda y el parlamento.
A pesar de todas las maniobras, fueron miles los que a pesar del copamiento policial de la principal arteria capitalina y en muchas ciudades, se reunieron para marchar y expresar su rechazo al gobierno de Piñera y su acuerdo denominado GANE, que en realidad es gane para los empresarios y perdida para los hijos de los trabajadores.
Llegaron los estudiantes secundarios, universitarios, cesantes, docentes, sindicatos para expresar su convencimiento y deseo de una revolución social en educación.
Los cuestionables dichos de la vocera de gobierno en relación a que no tenía nada que ver que los estudiantes y trabajadores plantearan la renacionalización del cobre, como una de las formas de obtener educación gratuita, contrastan con el ya generalizado slogan: “El cobre a renacionalizar para poder estudiar” en las miles de voces a lo largo y ancho del país.
Una vez más el gobierno y los medios masivos de prensa, los mismos dueños de todo el sector privado en educación, han hecho hincapié en los “enfrentamientos”, pero nada dicen respecto de las provocaciones, los infiltrados de carabineros, denunciados con fotos en diversos medios populares.
Las miles de personas echaron abajo la prohibición de marchar, la acción directa de los manifestantes y su decisión colocaron al gobierno en ridículo.
Carabineros, en la voz del general a cargo, tuvo que autorizar la marcha por la fuerza de los hechos. El intendente quedo desautorizado, el alcalde de Santiago sigue vociferando y a ellos como al gobierno lo único que han hecho es poner querellas contra las organizaciones convocantes y solicitar cárcel para ellos.
El terror del estado se ha hecho presente, en millones de estudiantes, son las políticas de educación diseñadas en Washington por el FMI y el BM y aplicadas a rajatabla en nuestro país.
Todo un ascenso en las movilizaciones, a pesar de quienes dirigen, es una clara muestra que se requieren cambios revolucionarios de verdad, con carácter de clase y llevados a cabo por un programa de gobierno de los trabajadores como alternativa al dúo polio de las derechas, Concertación y Alianza y sus socios menores. Como muestra de ello, es el rechazo de los manifestantes a Marco Enriques Ominami, el cual tuvo que retirarse ante el repudio de los jóvenes y trabajadores.
La paralización de los trabajadores del cobre, la huelga de los subcontratistas de Codelco, los portuarios y los cientos de huelgas en el marco del sus negociaciones colectivas demuestran que se hace urgente unificar los conflictos junto a los estudiantes, las demandas de la nación mapuche, de los terremotazos reprimidos en las “aldeas” y de todos los descontentos, y encaminarla para pegar el tiro de gracia al gobierno patronal, esto debe culminar con un Paro General Indefinido, que, insistimos, levante un programa que parta por la renacionalizaciones de los recursos naturales y la defensa del medio ambiene bajo el control de los trabajadores.
El gobierno a pesar que desmiente que no quiere privatizar, los hechos demuestran que es esto lo que realiza, como es la privatización del porcentaje que estaba en manos del estado de las sanitarias Essval y Essbio, además están en carpeta las privatización de Codelco, Metro de Valparaíso, Parque Peñuelas, Metro Tren de Santiago a San Fernando, etc, para premiar a los empresarios que lo apoyan.
Hay que desmentir a los dirigentes de la jota que señalan que el movimiento está desgastado, es falso y contraproducente señalar esto cuando son miles nuevamente los que se movilizan a nivel de todo el país. A ellos hay que denunciarlos, al igual que los rectores, que negocian a espaldas de los docentes y estudiantes universitarios.
Con unidad, organización, lucha y sin transar a exigir Paro General y Gobierno de los Trabajadores, es lo único que puede garantizar el cumplimiento de las demandas de los estudiantes, trabajadores, mapuches y el pueblo pobre. A prepararse desde la base en asambleas por el Paro General.
A convocar una reunión ampliada de los diversos sectores en lucha, Aces, Siteco, Confederación Bancaria, Congemar, Confech, sindicatos bases, para la preparación de esta huelga nacional por nuestras demandas.
Nuestro programa se reduce a tres palabras:
¡TRABAJADORES AL PODER!
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